En una publicación a la que llegué por casualidad y que lleva el título de Being Raised by the Internet encontré algunos párrafos que describen una situación similar a la que viví durante mi adolescencia.
Muchos de los conocimientos que hoy tengo y muchas de las habilidades que hoy me permiten ganarme la vida las obtuve gracias a las posibilidades que brindaba esa computadora con conexión a internet que había en casa de mis padres.
Mi curiosidad, también regalo de mamá y papá, me llevaba a querer saber más, a aprender haciendo, a no abandonar una duda. Tantas publicaciones de blogs, respuestas de foros, comentarios en documentación y mensajes con personas desconocidas marcaron mi forma de pensar sin lugar a duda. Me educaron y me formaron.
Voy a traducir algunos párrafos.
[…] me asombra cuánto les debo a personas que nunca conocí. Personas que nunca me conocieron, ni oyeron hablar de mí. Personas cuyo trabajo no estaba destinado a mí en lo más mínimo. Estoy donde estoy hoy gracias a la voluntad de las personas de compartir su trabajo abiertamente. Los tutoriales gratuitos que seguí en internet, el software de código abierto que leí, el software de código abierto que usé, las noticias tecnológicas, recursos como w3schools, blogs de tecnología al azar, todos formaron la columna vertebral de mi educación. Todos me enseñaron las habilidades que necesitaba para escapar de la pobreza en la que crecí.
Estoy eternamente en deuda con estas personas. No todos eran famosos, ni exitosos […] Estoy seguro de que algunos de ellos se sentían fracasados. Quizás no se enriquecieron como esperaban, o no se hicieron populares, o nunca lograron cambiar el mundo. Pero todos tenían algo en común, decidieron compartir su trabajo de manera abierta y gratuita.
Estoy seguro de que nunca pretendieron inspirar a un niño de doce años a encontrar una vida mejor. Pero no importa cuáles fueran sus motivaciones. Cambiaron mi vida. Todo lo que puedo decir es gracias.